¡Hola, hola!
Mi nombre es Mario Villar Palacios
Nací en marzo de 1998 -siendo ya un terremoto-. TODO el día montando shows en casa, en el parque o en el colegio, siendo el “prota” de los vídeos familiares, improvisando clases donde era el profe de mi hermana pequeña, presentando desfiles de moda por los laargos pasillos de casa de mi abuela… ¡Siempre riendo! ¡Viendo la vida desde la diversión!
Mi abuela nos contaba historias de su juventud, había sido actriz de la Compañía Asturiana de Comedias. Eso, a mí, me llenaba de orgullo. Todo empezó a materializarse cuando llegué al instituto. Allí una profesora de lengua hizo que me enamorara del teatro. Y a partir de ahí… todo es historia.
Estudíe el BACHILLERATO DE ARTES ESCÉNICAS, MÚSICA Y DANZA. Después, entré en la ESCUELA DE ARTE DRAMÁTICO DE ASTURIAS y me gradué en ARTE DRAMÁTICO. Empecé en el terreno profesional antes de entrar en la carrera.
Mi primer trabajo como actor fue en las NOCHES MÁGICAS DEL BOTÁNICO, interpretando el papel del personaje mitológico “EL TRASNU” (2017). Y desde ahí he trabajado para muchas de las compañías de teatro profesional asturianas -y una del país vasco-. La última: “ConAlevosía Teatro” en la Noche Blanca de Oviedo (2023). Mis personajes han sido muy variados, desde el mismísimo Príncipe Aliatar, pasando por “una Güelita muy graciosa” en Ikea, hasta oficiar una boda. ¡Qué momentazo!
Seguí formándome en danza contemporánea, expresión corporal, creación de cortometrajes, marketing digital y redes sociales… porque otra cosa no, pero ganas de aprender… ¡TODAS LAS DEL MUNDO!
En Arte Dramático, abrí puertas a mundos desconocidos para mí. El maquillaje y caracterización, vestuario, iluminación, danza y expresión corporal, dirección escénica, escritura dramática, escenografía… Era un niño en una juguetería. Pronto dejé de querer interpretar el personaje de Hamlet (que también) para pasar a diseñar su vestuario, maquillaje, dirigirle o iluminarle. Ese niño siguió explorando la juguetería hasta que encontró su pasillo. La sección de Teatro Ocupacional y Pedagogía Teatral.
Aquí sentí cuál era mi camino principal (sin dejar de recorrer el resto). Con los tres años de formación en Teatro Ocupacional y Pedagogía pude aprender diferentes técnicas para utilizar el teatro como una herramienta que ayuda a diferentes colectivos a comunicarse mejor, desarrollar su creatividad, mejorar su autoestima, reconocer distintas emociones y trabajar en grupo. Aún recuerdo las prácticas con el grupo de adolescentes de la Asociación Cuantayá. ¡Cuánto me llevo de tod@s ell@s! Actualmente me dedico a realizar talleres de Teatro y Expresión corporal. He trabajado para ayuntamientos como Oviedo, Nava o Cabranes. Y, desde hace un año, tengo la suerte de impartir talleres de RISOTERAPIA.
A través de todo lo que me ha enseñado el teatro, realizo estos talleres, creando un ambiente seguro donde los participantes trabajan su autoestima y seguridad. Desarrollan la creatividad y… se ríen. Disfrutan en grupo. Se desinhiben encontrando, en la RISOTERAPIA, una pequeña vía de escape para sus problemas.
Me despido, pidiendo un deseo o, mejor dicho, proyectando al futuro. Me veo escribiendo y dirigiendo mis propias obras, creciendo como profesor (tanto de teatro como de risoterapia) y luchando por lo que realmente me llena.
Que nadie olvide: 1…2…3 ¡TEATRO! 1…2…3… ¡RISAS!